La arquitectura brutalista es un estilo arquitectónico que consiguió conquistar a países de todo el mundo, además de ganar popularidad entre los años 60 y 70.
Tiene unas características únicas que lo diferencian del resto de arquitecturas con un simple vistazo. Los edificios brutalistas se caracterizan por ser construcciones minimalistas donde los materiales de construcción y los elementos estructurales decorativos se llevan todo el protagonismo.
No siempre han estado igual de valorados, pero a día de hoy existen auténticas obras de arte brutalistas muy valoradas entre los arquitectos del mundo. Descubre más detalles sobre este estilo, sus orígenes y algunas de las piezas más emblemáticas.
Los inicios de este estilo arquitectónico no fueron sencillos, tuvieron que hacer frente a muchas críticas de personas que los veía como ‘pilas de cemento’. Aún con ello, fue ganando adeptos y consiguió convertirse en un estilo referente para muchos profesionales que valoraban su atractivo estético. Eran piezas únicas donde destacaban los materiales a la vista, normalmente con estilo monocromático y jugando con estructuras de cemento para crear fachadas llenas de personalidad.
¿Qué es la arquitectura brutalista?
Los edificios construidos bajo los patrones de la arquitectura brutalista no pasan desapercibidos, ya que destacan por su monumentalidad. En este estilo arquitectónico, predomina el uso masivo del cemento en las fachadas y estructuras de los edificios. Se crea un patrón donde resaltan las figuras geométricas angulares repetitivas. Es común encontrar formas con volúmenes robustos y moldeados en el espacio, creando una conexión entre el entorno y el edificio.
El brutalismo es una corriente derivada de la arquitectura moderna. Destaca en proyectos a gran escala o edificios institucionales, ya que la monotonía de su estructura y la magnitud de las obras consiguen una majestuosidad única en las construcciones.
El uso del cemento favorece la creación de edificios con una arquitectura sencilla, repetitiva y con personalidad, usando una materia prima de bajo coste para su construcción. El cemento resulta interesante por este motivo, pero también por su maleabilidad durante la obra y resistencia a las condiciones externas.
La resistencia extrema y la áspera realidad y sencillez de estos edificios han conseguido que la arquitectura brutalista gane adeptos, pero también hay quien la encuentra demasiado basta, creando demasiado ruido visual sin conseguir el efecto majestuoso que muchos sí que detectan en su esencia. Aunque el cemento es el componente principal, también es común encontrarlo junto a otros materiales como los ladrillos, el acero o incluso el cristal, colocados como complementos de una robusta estructura.
Esta corriente destaca por la intención de mostrar ampliamente los componentes de los edificios, consiguiendo que se conviertan en los grandes protagonistas de la estructura. Se pueden encontrar materiales en bruto, texturas rugosas y formas simples. Destaca el juego con las curvas y las formas geométricas para suavizar la brutalidad de los materiales.
Ejemplos de arquitectura brutalista
Hoy en día es común encontrarse edificios de estilo brutalista en contextos artísticos. Estos son algunos de los edificios de arquitectura brutalista más conocidos. Aunque no son los únicos, si son una muestra de la versatilidad de este estilo que deja grandes construcciones a su paso.
Torre Velasca, Milán
Esta torre tiene como principal protagonista el hormigón, se encuentra en Milán y cuenta con un alto de 106 metros, dando vida a un total de 26 pisos en su estructura. Fue diseñada por los arquitectos Ernesto Nathan Rogers y Enrico Peressutti y se alzó entre el 1956 y el 1958.
Se edificó sobre un área destruida durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y cuenta con diseño monocromo y monumental que destaca por su altura y su doble estructura que se ensancha en la parte superior del edificio.
Habitat 67, Montreal
Este edificio muestra un brutalismo más artístico que juega con las formas geométricas para crear una estructura robusta pero unificada. Fue diseñado por el arquitecto Moshe Safdie y lo presentó como tesis de su grado, con el objetivo de reducir los problemas de espacio habitable en la zona. El proyecto se llamaba Habitat 67, y muestra una versión extravagante y arriesgada de arquitectura brutalista.
Este proyecto no solo destacó por su estética, sino que también supuso una innovación en el mundo de las viviendas sostenibles en las ciudades. Para poder construirlo, se usaron 354 bloques de hormigón, creando 158 residencias.
Torres Blancas, Madrid
Un gran ejemplo de arquitectura brutalista en España son las Torres Blancas, estas se encuentran en Madrid y se trata de una sola torre que incorpora formas geométricas en su estructura. Fue construida en los años sesenta por Francisco Sáenz de Oliva, un reconocido arquitecto que decidió vivir en ellas el resto de su vida.
Esta combina espacios residenciales con oficinas y tiene una altura de 81 metros, siendo una de las torres más monumentales de la capital. Hay 23 plantas y se remata la estructura con una azotea que se abre como si de un árbol se tratase. Su material principal es el hormigón armado y los pilares del edificio son las paredes exteriores que integran el mismo.
¿Vuelve a estar de moda de arquitectura brutalista?
En los últimos años, se ha puesto de moda la viralización en redes sociales de diferentes estilos arquitectónicos en los que destaca el brutalismo, especialmente en Instagram donde el hashtag #brutalism cuenta con más de 1 millón de publicaciones ¿Por qué ha vuelto el brutalismo? Es difícil dar con una respuesta clara pero algunos lo atribuyen a que estos edificios son difíciles de ser remodelados, destacan por su permanencia, lo cual puede ser atractivo para algunos arquitectos.
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